Un Santiago difunto

La última aparición de la señorita Andrea A. ha tenido lugar a las 23 horas 30 minutos en el Vice Club, donde actúa como bailarina. Velada tranquila e incluso aburrida según la declaración de los músicos con quienes Andrea acostumbra volver a su casa a la salida del espectáculo. Algunos raros y ricos visitantes de alta alcurnia gastaban varios pesos para subir a escena y posar al lado de las bailarinas de caderas ondulantes. Algunos pobres patanes cansados, sentados ante las cervezas tibias, los palcos de un sucio color amarillento y los fondos verdosos del escenario mediocre en un nighclub soñado en un Santiago difunto.

Nada permite explicar porque la joven fue encontrada más de una hora después del final de su número en la parte trasera del club, casi totalmente desnuda y portando un arma que nadie había visto antes. Escondida en su silencio la señorita Andrea se limito a demostrar un nuevo y violento asco por los hombres así como sus ganas de regresar al pueblo del sur donde vive su familia.

Nuevamente los rumores de violaciones que circulan por Santiago se ven alimentados por ese extraño episodio. Esta ciudad, antaño tan segura y apacible, a pesar de sus problemas ¿ se estará encaminando hacia los males de todas las grandes ciudades?

Bien es verdad que el Vice club, que ha visto días mejores, igual que la ciudad en que se encuentra, no son las zonas más santas.